Para adolescentes: Información sobre la sífilis
La sífilis es una infección causada por una bacteria. Se transmite mediante cualquier tipo de contacto sexual. Con mayor frecuencia, por sexo vaginal, anal u oral. Esta infección de transmisión sexual (ITS) tiene cuatro etapas. Cada etapa es peor que la anterior. La sífilis puede curarse. El tratamiento temprano es muy importante. Si no se trata, puede causar insuficiencia cardíaca, daño cerebral, demencia, o ceguera. La sífilis incluso podría llegar a causar la muerte.
Los términos diferenciados en función del género se usan para hablar sobre anatomía y riesgos de la salud. Usa esta información de la forma que mejor se adecue a ti y al proveedor cuando hablen sobre tu atención.
¿A qué debo estar atento?
Los síntomas de la primera etapa suelen aparecer a las pocas semanas de contraer la infección. Pueden pasar varios meses hasta la aparición de los síntomas de la segunda etapa.
Durante la primera etapa es posible que notes lo siguiente:
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Una lesión (sin dolor) en o cerca de la boca, los genitales o el ano. A veces aparece más de una. A menudo esta lesión desaparece por sí sola al cabo de pocas semanas. Pero necesitarás tratamiento incluso si desaparece por sí sola. Esto se debe a que la infección se puede seguir transmitiendo a otras personas.
La segunda etapa puede iniciar mientras la lesión se está cicatrizando. Y puede durar varias semanas después de la cicatrización. Durante la segunda etapa es posible que notes lo siguiente:
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Un sarpullido en el cuerpo, incluso en las palmas de las manos y las plantas de los pies
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Síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre, irritación de garganta y dolor de cabeza
Durante la segunda etapa, si las lesiones están abiertas se puede transmitir la infección a otras personas. Si la infección no se trata, puede pasar a una etapa inactiva (latente) y, raras veces, a una fase tardía. En la etapa latente, la infección sigue presente en el organismo aunque no se presenten síntomas. Sin tratamiento, la infección puede pasar a una etapa avanzada. Esto puede producir daños en los órganos, incluido el cerebro. Y puede causar ceguera, sordera y demencia. La sífilis en etapa avanzada puede provocar la muerte.
Por lo general, se hace un análisis de sangre para diagnosticar la sífilis. En ocasiones, también se analiza el líquido proveniente de las úlceras producidas a causa de la sífilis.
La sífilis y el embarazo
Durante el embarazo, el feto puede contraer sífilis si no se la trata. Puede provocar una gran cantidad de defectos de nacimiento, algunos de ellos graves. Esto se conoce como sífilis congénita. Es muy importante que se haga una prueba de detección de sífilis antes de quedar embarazada o al inicio del embarazo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) recomiendan que se haga una prueba de detección de sífilis a todas las embarazadas en la primera visita prenatal. Hay cada vez más casos de sífilis congénita en todo el país. Por eso, muchos Estados ahora exigen esta prueba durante el embarazo y a veces después del parto.
Tratamiento
El mejor tratamiento para la sífilis son los antibióticos. A menudo, estos medicamentos incluso la curan. Estos medicamentos se pueden administrar con una inyección, por boca (pastilla) o en una vena (vía intravenosa). La sífilis puede tratarse en las etapas tardías, pero es posible que los daños en el corazón y en el cerebro no se puedan revertir.
Si te dicen que tienes sífilis, asegúrate de que, en lo posible, tus parejas actuales y anteriores se hagan revisar. No tengas relaciones sexuales hasta que tu proveedor de atención médica te autorice.
¿Qué sucede si no recibo tratamiento?
La sífilis puede permanecer en el cuerpo durante años. Durante la tercera fase, la sífilis puede causar graves problemas de salud. Puede causar:
Habla con tu pareja
Es importante que hables con tu pareja sobre las ITS y las pruebas correspondientes. Si no se siente seguro para hablar en persona con su pareja sobre las pruebas, envíe un mensaje de texto o un correo electrónico. O llámala por teléfono. Pide ayuda a alguien si no te sientes seguro.
Pregúntale a tu pareja si ha tenido alguna ITS o si se ha hecho una prueba de detección. Si alguno de los dos no está seguro, consideren la posibilidad de hacerse una prueba. Anima a tu pareja a recibir tratamiento si tiene una ITS. De lo contrario, podría contagiarte de nuevo la infección a ti o a otras personas.