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Cómo ayudar a su hijo a gestionar sus emociones

Las emociones son una parte importante de la vida, tanto de los niños como de los adultos. Influyen en nuestra forma de pensar, comportarnos e interactuar con los demás.

Sin embargo, los niños están empezando a comprender el complejo mundo de las emociones. Están aprendiendo a gestionar y regular sus sentimientos. He aquí cómo puede ayudar.

Por qué es importante la regulación emocional

La regulación emocional significa controlar o influir en la forma en que expresamos nuestras emociones. Piense en un termostato. Si hace demasiado calor, puede usar el termostato para enfriar las cosas. La regulación emocional es como subir o bajar el termostato dentro de uno mismo.

Los niños que aprenden a regular sus emociones pueden manejar mejor las decepciones, calmarse cuando están emocionados o disgustados y animarse cuando se sienten mal. También tienen más probabilidades de concentrarse mejor en la escuela, tener relaciones más sanas y una mayor autoestima.

Cómo es la regulación emocional

He aquí un ejemplo de cómo un niño puede regular sus emociones:

Anna está jugando a un juego de mesa con su familia. Está a punto de ganar cuando, de repente, su hermano pequeño la vence y gana la partida. Se siente muy frustrada y decepcionada. En lugar de arremeter o hacer pucheros, respira hondo y dice: "¡Buen juego! Ahí sí que me has sorprendido".

Anna reguló sus emociones de la siguiente manera:

  • Reconoce lo que siente

  • Se toma tiempo para respirar

  • Elige una respuesta positiva

Este ejemplo parece fácil, ¡pero no lo es! Tanto el niño como los padres necesitan habilidad y práctica para hacer lo que hizo Anna.

Algunas habilidades importantes que puede enseñarle a su hijo

Como padre, puede ayudar a su hijo a aprender estas habilidades para que él también pueda hacerlo. Esto se logra de la siguiente manera:

  • Valide sus sentimientos. Asegúrese de que su hijo sabe que tener sentimientos es natural y está bien. Si su hijo está enfadado porque ha perdido un partido, dígale algo como: "Entiendo por qué estás enfadado. Perder un partido puede ser decepcionante".

  • Identifique la emoción. Anime a su hijo a nombrar lo que siente. Esto los ayudará a ser conscientes de sus emociones. Reconocer cuándo tiene un sentimiento es el primer paso para controlarlo. Si su hijo se comporta mal porque está celoso de un hermano, puede decirle: "Parece que estás celoso. ¿Eso es cierto?".

  • Enséñele estrategias de afrontamiento. Una vez que su hijo pueda identificar sus sentimientos, enséñele distintas formas de manejar esas emociones. Si se enfada, puede respirar hondo o alejarse de la situación. Si se siente triste, puede consolarse con un abrazo, su juguete favorito o un dibujo.

  • Demuestre la regulación emocional. Demuéstrele a su hijo cómo controla usted sus emociones. Si se siente frustrado, podría decir: "Ahora mismo me siento frustrado, así que voy a contar lentamente desde 10 para tranquilizarme".

  • Cree un "rincón de tranquilidad". Designe un lugar en su casa donde su hijo pueda ir a relajarse cuando se sienta abrumado. Podría ser un espacio tranquilo con una silla o cojines acogedores, algunos libros favoritos y objetos relajantes, como pelotas antiestrés, animales de peluche o mantas suaves.

  • Practique la resolución de problemas. Si su hijo está molesto por un problema al que se enfrenta, ayúdelo a encontrar soluciones. Quizá esté enfadado porque no quiere compartir su juguete favorito con un amigo. Puede decirle: "Entiendo que no quieras compartir tu juguete. Vamos a pensar en algunas formas de resolver este problema. ¿Y si juegas por turnos con el juguete? ¿Qué otras ideas podrían funcionar?". Pregúntele a su hijo cómo se siente y reflexione después sobre cómo ha funcionado la solución.

  • Mantenga controles constantes. Pregúntele a su hijo cómo se siente. Haga que hablar de las emociones forme parte de la rutina familiar.

  • Obtenga apoyo. Si su hijo tiene problemas constantes para regular sus emociones, intente hablar con un psicólogo o un proveedor de salud mental. Puede que en la escuela también tengan a alguien con quien hablar, como un consejero.

Empiece pronto y pida ayuda

La regulación emocional es una habilidad que lleva tiempo desarrollar. Tenga paciencia con su hijo (y con usted mismo). Si nunca tuvo contacto con estas estrategias de crianza cuando era niño o joven, y le resulta difícil utilizarlas, pida ayuda. Los psicólogos y consejeros escolares pueden brindarle información y apoyo mientras aprende y practica nuevas habilidades parentales. El objetivo no es eliminar las emociones negativas, sino enseñar a su hijo a manejarlas de forma positiva.

En la escuela primaria, la mayoría de los niños son capaces de gestionar emociones "grandes". Pero su desarrollo emocional continuará hasta bien entrada la edad adulta. No espere que su hijo esté perfectamente controlado. Esté preparado para ofrecerle mucho apoyo emocional en situaciones estresantes, independientemente de su edad.

Darle herramientas para gestionar sus sentimientos lo ayudará el resto de su vida.

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